San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro auxilio contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario