Se empieza con la Señal de la Cruz, seguido por el ofrecimiento del Rosario (la paz del mundo, el descanso eterno de las benditas almas del purgatorio, una petición o agradecimiento personal). La Santísima Virgen en sus mensajes nos dice que pidamos por ellas (las almas del purgatorio) para que se encuentren pronto con nuestro Dios. A continuación se dicen los Misterios que se contemplarán según el día y se empieza con el Padre nuestro; cuando se han culminado las diez Ave Marías de los cinco Misterios se dice un Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Y luego se reza: "Oh Jesus Mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas de tu Infinita Misericordia, amén". Así continúan los cinco Misterios. La Virgen nos pide además que sean, no apresurados, para salir del paso y cumplir, al contrario, que sean lentos e imaginando cada palabra que se dice.
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