REFLEXIÓN
15.10.2013
LA INDIFERENCIA CON QUE EL HOMBRE ESTÁ MIRANDO CUANTO SUCEDE A SU ALREDEDOR, ES INAUDITA…
…Quizá es que esperan un evento a nivel global para decidirse a un cambio de vida y por ende de actitud hacia el presente y el futuro. Pero ante la atolondrada carrera en que el hombre se ha sumido, ha dejado a la vez partículas de sensibilidad humana y las ha cambiado por las efímeras quimeras mundanas.
Quien busca la luz con buena voluntad más luz encuentra, quien busque hallar oscuridad en donde hay luz mas oscuridad encontrara. Por lo que es lógico tener como resultado que la oscuridad no permite mirar. Así que cuando en los Mensajes Divinos se nos habla de mirar con la conciencia, quienes no desean mirar siquiera los dramáticos eventos que ocurren en el mundo, no tienen la más mínima noción de los hechos que señalan el instante en que nos movemos, estando sólo a un paso para que el hombre inicie una hecatombe…
El hambre se expande y terminará por arrasar a esta humanidad, tal es el estado en que viven miles de hermanos nuestros. Puedo señalar que en Siria se ha concedido el permiso de alimentarse con carne de perros y gatos para que el pueblo no muera de hambre.
Los volcanes despiertan, como si se hubieran puesto en cadena para ir preparando al hombre y por algún medio motivarle a que se eleve espiritualmente. Al leer la vida de los Santos, los admiramos y eso es bueno, pero debe motivarnos al cambio, a esa inquietud que no permita que conciliemos el sueño si no hemos logrado algo, por más pequeño que sea, para que la humanidad aumente la consciencia del Amor a Cristo.
La humanidad permanece como en los tiempos de Noé: come, bebe, se divierte y continúa la vida como si nada malo sucediera. Ésta no es la realidad de esta generación, al contrario el inexorable castigo que el hombre se ha generado a sí mismo, se mantiene sobre toda la humanidad sin excluir a nadie.
Da pena mirar fotografías de los grandes túneles que Estados Unidos y posiblemente otras Potencias Mundiales han cavado para albergar a los “importantes” de las Naciones, olvidando que para Dios están primero los humildes y sencillos de corazón.
Y hasta que el hombre se salga del mismo hombre, de esa coraza que le lleva a sentirse más que los demás hombres, hasta entonces podremos decirnos que hemos avanzado como seres humanos, y habremos dejado de ser simple carne egoísta y nauseabunda.
¡Tantos se debaten en las economías del mundo!, y yo pregunto: ¿Cuáles economías si éstas no han sido capaces de sustentar el hambre de los Pueblos por el egoísmo de los poderosos?. Y la supremacía se mantendrá mientras existan seres humanos a quienes gobernar; ¡lástima que los gobernantes han olvidado que con las armas nucleares no tendrán a quiénes gobernar, ni siquiera la Tierra quedará habitable ! y han olvidado que la radiación penetra hasta las profundidades de la tierra y ésta, contaminada, no le será apta para que sobreviva el hombre.
Nos llaman locos o quizás endemoniados, mentirosos o catastrofistas, un sinnúmero de calificativos con los que nos señalan, pero, ¿qué me puede aturdir, si Cristo, de Su misma Mano me ha mostrado el padecer del hombre, ese padecer en donde no llegan los gobernantes, ni quizá la mayoría de los clérigos? Ese es el dolor que mantiene a Cristo presente y operante en medio de esta degenerada e ignorante humanidad, que se ha obstinado en mirar lo bueno en donde no está.
Cristo se duele en aquellos que mueren de hambre, no sólo por falta de alimento material, cosa que le destroza, sino en aquellos que no reciben correctamente el Pan de Su Palabra, de Su Amor, sino que les mantienen ciegos para que el corazón humano no se expanda y comparta esa fraternidad a la que hemos sido llamados, ya que de esta forma el hombre lograría mirar tantas fallas y palabras falaces que se dicen sin ser nacidas de lo profundo del alma.
Esa necesidad de penetrar en el Amor Divino se ha perdido en la mayoría de la humanidad, y esto no es casualidad, sino PRODUCTO DE LA INAPROPIADA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA DE QUE CUANTO EXISTE ES OBRA DEL CREADOR Y NO DEL HOMBRE.
Ese ampararse en el Amor Divino para oscurecer la Justicia Divina, es un fuerte indicativo de la necedad humana, que no ha aprendido que el padecer no es sólo producto de causas contingentes sino, creación del mal actuar y obrar del mismo hombre.
El hombre vive en un Eterno Ciclo que inició su giro de un punto de partida y retorna al mismo punto, esto es: SALE DE DIOS Y REGRESA A DIOS. ES LA LEY DIVINA: CADA UNO COSECHA LO QUE HA SEMBRADO.
EL ACTO DEL HOMBRE DETERMINA SU RUMBO.
No podemos negar que en algún lugar el hombre va a purgar sus actos indebidos, y que en un lugar el hombre va a disfrutar las delicias de los buenos actos. AL NEGAR ESTAS VERDADES REVELADAS POR EL MISMO CRISTO EN EL EVANGELIO Y EXPLICITADAS POR NUESTRA MADRE SANTÍSIMA A LOS MÍSTICOS Y A OTRAS CRIATURAS HUMANAS, ESTÁN NEGANDO LA VERDAD DE LA PALABRA DIVINA.
La Madre Santísima se ha dedicado a enviar Su Palabra para alertar a esta generación, anticipó actos mediante los cuales esta generación no sufriría tanto como va a sufrir, pero las Palabras de la Madre han sido desoídas, han sido pasadas por alto, quizá por respetos humanos, o por evadir conflictos; lo que sí sé es que toda la humanidad padecerá, y aquellos Capítulos del Evangelio en que narran hechos que asombran por la persecución de los primeros cristianos, se volverán a escribir en este presente y nos llevarán a revivir esas mismas pruebas.
La Madre Santísima nos dice que desea Cristianos en “espíritu y verdad”, pero no deseamos que se nos hable de eso, porque en algún instante de nuestra vida todos hemos sido cristianos de domingo, evadiendo la responsabilidad que como Cristiano debemos asumir en nuestra vida.
No deseo que se nos repita lo que sabemos, sino que se nos dé la luz de lo que la humanidad desconoce. Deseo que se abran los ojos del espíritu para compartir esa sed de almas con Cristo.
Deseo que la verdad del dominio que mantienen ciertos países sobre el mundo entero, se proclame a viva voz junto a las consecuencias de esto, y del mismo modo se proclamen también las aberraciones que el poder logra llevar a cabo con los más inocentes. ¡Los niños…, los niños sufren sin piedad! Herodes masacró a todos los inocentes, pero el hombre masacra instante a instante una y otra vez, más y más inocentes. Como hombres de bien debemos alzar la voz para que se detengan los asesinatos a inocentes, y cada día deberíamos luchar y ofrecer para que se detenga la matanza de inocentes a manos de los Herodes actuales, dueños del poder y el terrorismo.
No somos cuerpos sin alma, somos hijos de Dios. Nos guste o no, no vivimos solos en el vasto Universo, ya que solo en nuestra Galaxia existen más de 150 mil millones de soles, y si en el Universo que el hombre puede observar existen más de 100 mil millones de Galaxias… ¿Qué sucederá más allá, donde la ciencia del hombre no llega?
¿Qué esperamos si no alzamos la voz los laicos, a los que se nos da por acto de plena Misericordia del Cielo la Palabra para que la transmitamos?
Miramos todo lo que sucede, eso es hermanos: miramos. No analizamos y no pasamos por el tamiz de la conciencia cuanto sucede a nuestro alrededor, quizás porque es más fácil no advertir lo que sucede, y continuar sin problemas, que hablar para ser tratado de demente, farsante, falso o endemoniado…
Lo que me extraña es que Cristo, al endemoniado lo liberó, al enfermo lo sanó, ordenó no matar, amarse entre hermanos, y en este instante se practica lo contrario.
El hombre amante de la Madre Santísima, no debe separarse de Ella, y como Ella, debe ser el discípulo fiel de Su Hijo, amante de la Voluntad del Padre.
Estamos vivos, por eso nos asombramos ante la devastación del hombre contra el hombre, y ante la sutileza que satanás ha adquirido para introducirse en el hombre para inmunizarle en contra del Amor a Dios. Será hasta que el hombre, mutilado por el mal, se mire a sí mismo y analizando las Palabras del Cielo, mire cuán equivocado estaba y así, mutilado por la maldad, exclame: “OH CRISTO, NO TE OLVIDES DE MÍ”.
Luz de María, 15 de octubre del 2013
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario