miércoles, 6 de marzo de 2013

¿Puede un hombre perdonar los pecados?


La respuesta es un rotundo no. Nadie ha dicho que un hombre pueda perdonar los pecados de otro hombre, sólo Dios puede perdonar los pecados, (Mc 2,7) de la misma manera, podríamos preguntar, ¿Puede un hombre caminar sobre el agua? ¿Puede un hombre hacer milagros? ¿Puede un hombre arrojar demonios? ¿Puede un hombre resucitar muertos? En todas las preguntas la respuesta es no.

Pero ¿que pasaría si Dios otorgara poder a un hombre para caminar sobre las aguas? Caminaría ¿verdad? (Mt 14,25-29) ¿si le diera potestad de arrojar demonios? Podría arrojarlos ¿verdad? (Lc 10,17) (Hech 16,16-18) ¿y hacer milagros y resucitar muertos? También (Hech 3,5-8) (Hech 9,36-41) Entonces ese hombre con el poder que Dios le ha otorgado tiene la facultad de hacer lo que Dios quiere que haga.

Pues de este modo, Jesús siendo Dios con potestad en la tierra, perdonaba los pecados de los hombres:

Mt 9,1-8… le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: ¡animo! hijo, tus pecados te son perdonados… pues para que sepáis que el hijo del hombre tiene en la tierra el poder de perdonar los pecados, le dice entonces al paralítico: levántate, toma tu camilla y vete a casa, y al ver esto la gente temió y glorificó a Dios por haber dado tanto poder a los hombres. (Ver también Mc 2,5 -10)

Jesús teniendo todo el poder de perdonar los pecados, otorgó esta potestad a sus discípulos.

Jn 20,21-23… Él les volvió a decir: La paz esté con ustedes. Así como el Padre me envió a mí, yo los envío a ustedes. Dicho esto sopló sobre ellos: reciban el Espíritu Santo a quienes les perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retuviesen les serán retenidos.

Este poder otorgado por Jesús, no lo dio a todo el mundo, ni a todos los creyentes, sino a sus discípulos, y sus discípulos al encomendar presbíteros y obispos, les transmitieron este poder. Y para saber que pecados se deben perdonar y cuales ocupan retener un poco mas para la verdadera conversión del creyente es necesario confesarlos, de eso no hay duda.

Jesús una ves cumplido con nuestra redención, va a donde están sus discípulos y eso fue lo primero que les dijo, pero al haber pagado nuestras deudas con un solo sacrificio no nos evita seguir siendo pecadores, es por tanto que el perdón de los pecados tenia que seguir, pues Jesús no limpia los pecados ni hace participar de la redención a los que no se arrepienten, por lo tanto, los manda a la misión de perdonar los pecados del mundo, porque él pronto tenia que partir, y el perdonar los pecados es algo que solo él hacia por que es Dios (Lc 23,43).

Cuando uno asiste a la confesión es una señal de arrepentimiento. El pecador busca la limpieza de sus pecados, y lo único que puede limpiarnos de nuestros pecados, es la sangre de Cristo, muchos podrían decir que al momento de arrepentirse van directamente a Cristo para que los limpie de sus pecados, pero eso no viene en la Biblia, Cristo claramente encomendó este ministerio de reconciliación a sus discípulos.

2 Cor 5,18-20… y todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo, y nos encomendó el ministerio de la reconciliación. Nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Somos pues embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros.  Os suplicamos en nombre de Cristo ¡Reconcíliense con Dios!

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