"Si, hijo, llega a la hora que tu quieras, si", "Si, hijo, será como tu lo decidas, si", "Si, grita, si" "Si, pégame, si", "Si, drogas, si", "Si, te compro eso, si", "Si, deja de estudiar, si". Si, si, si... De esta forma, te aseguro, que tendrás a un hijo inválido por dentro, independientemente de que logre muchas metas de prestigio, de poder y de saber. Yo he conocido a muchos "doctores" que como personas no valen nada.
Pero al revés también lo hundes ¿Quieres que tu hijo tampoco valga como persona, que sea un desecho humano? Entonces dile a todo "no", nunca le digas "si". Si tu hijo recibe de ti siempre un "no" tendrás a un hijo caído por dentro para toda la vida, no va a poder volar por su propia cuenta. No, no, no... No se levantará nunca.
"No, eso no se hace", "eso no se toca,", "no pienses así porque esa no es mi forma de actuar", "no me gusta esa muchacha, no te conviene", "no estudies eso", "no seas libre", "no salgas", "no te amo", "no hables de fulano". No, no, no... También de esta forma, te aseguro, tendrás un hijo inválido interiormente, logre o no muchas cosas que consideramos importantes en la vida.
Educar es mezclar la exigencia con la complacencia,
es tener una mano a punto para estrecharla
y la otra para indicar firmemente el camino,
es mostrar las lágrimas y también la risa,
es señalar la abundancia junto con la escasez,
es proteger y dejar nacer,
es enseñar como vivir y partir de ese mundo para siempre.
Si quieres tener un hijo que sea espectacular, en el sentido más profundo de esta palabra, para que haga el bien y luche, busca la forma de educarlo para el amor.
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