2 - Tampoco cuides tu mente. Nuestro organismo ya tiene suficientes mecanismos para hacerlo por sí sólo. Dale vueltas a tu cabeza hasta que consigas aislarte del resto del mundo.
3 - Convierte tu trabajo y tus estudios en el centro de tu vida. Descuida tus relaciones con los demás y enciérrate en tu cuarto. Quizá los demás se harten de ti, pero conseguirás un buen futuro profesional.
4 - No muestres interés por a lectura, los trabajos manuales o el cine. Esas aficiones son propias de personas desocupadas y tú no lo eres. Convéncete de eso.
5 - Agóbiate todo lo que puedas: es sano vivir en continua tensión. Piensa continuamente en tus problemas y repítete que no tienen solución. Cuando todos te parezcan igualmente graves e insuperables, habrás conseguido amargarte por completo.
6 - No te molestes en organizarte, ya irán viniendo las cosas. Además, hagas lo que hagas, siempre te faltará tiempo y terminarás agobiado. Resígnate.
7 - Tampoco elabores proyectos para tu diva, porque nunca se cumplen. Si alguna vez caes en la tentación de preparar alguno, no se te ocurra esforzarte para conseguirlo. Lo mejor es dejarse arrastrar por los acontecimientos y no pensar en el futuro.
8 - No te quieras a ti mismo. Elabora para ello una lista con tus cualidades negativas y recítala en voz alta ante el espejo tres o cuatro veces al día. De ese modo, no sólo te la aprenderás de memoria, sino que te ayudará a estar continuamente amargado.
9 - Recuerda siempre que la culpa es de los demás. Críticales todo lo que puedas y estate siempre pendiente de sus juicios y valoraciones sobre ti. No des un paso ni tomes una decisión sin preguntarte qué pensará la gente de eso.
10 - Obsesiónate con ser feliz, éste es el mejor modo de no lograrlo. Dedica cinco minutos, antes de ir a la cama, a culpabilizarte por tus problemas y tus fallos. Así te darás cuenta de que la felicidad es algo inalcanzable.
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